En la escuela, no entendía casi nada de lo que la maestra le trataba de enseñar y por esllo fue muchas veces objeto de las burlas de sus compañeros, pero a él, eso no le importaba mucho.
Un día se encontró a un sarantontón y le preguntó que como se llamaba.
Me llamo Amistad, le contestó.
El niño hablaba con él y se sentía escuchado, pues le decía las cosas que hacia mal y también como tenía que hacerlas, aunque se lo repitiera mil veces hasta que lo aprendiera.
Amistad lo acompañaba siempre en el recreo y le contaba historias bellas de un país lejano, donde quería que el niño lo acompañara un día.
Pero el niño enfermó y le diagnosticaron una de esas enfermedades… llamémosla “rara” quedando ingresado .
Pero el niño enfermó y le diagnosticaron una de esas enfermedades… llamémosla “rara” quedando ingresado .
La mamá de Valiente, estaba siempre con su hijo, era una mujer muy alegre, le cantaba y le hacía pequeños teatros, inventaba los cuentos más bellos y le daba con sus besos y caricias la mejor medicina.
Cuando su madre agotada se dormía en un incómodo sillón al lado de su cama.
El niño hablaba con Amistad, quien cada tarde se colaba por la ventana de la habitación del hospital y le decía:
--Cuando yo falte tienes que hacer algo por mi mamá
--¿qué tengo que hacer?
--Has de conseguir que sus ojitos no lloren más por mí
--Pero…eso es tan imposible como que yo, deje de tener mis lunares .
--Amistad, lo imposible es que yo pueda seguir viviendo, tu podrás borrar tus lunares porque eres mágico y puedes hacer lo que te propongas...
Todas las tardes le pedía lo mismo y una de ellas, la mamá escuchó a su hijo esas palabras… cogió a el sarantontón en sus manos y le dijo:
--Si haces que no tenga un solo día más de sufrimiento, yo dejare de llorar.
Amistad, entendió que la mamá, estaba preparada para dejar partir a su hijo y le dijo al niño:
--Cuando yo falte tienes que hacer algo por mi mamá
--¿qué tengo que hacer?
--Has de conseguir que sus ojitos no lloren más por mí
--Pero…eso es tan imposible como que yo, deje de tener mis lunares .
--Amistad, lo imposible es que yo pueda seguir viviendo, tu podrás borrar tus lunares porque eres mágico y puedes hacer lo que te propongas...
Todas las tardes le pedía lo mismo y una de ellas, la mamá escuchó a su hijo esas palabras… cogió a el sarantontón en sus manos y le dijo:
--Si haces que no tenga un solo día más de sufrimiento, yo dejare de llorar.
Amistad, entendió que la mamá, estaba preparada para dejar partir a su hijo y le dijo al niño:
--Ya sé como hacer para que los ojitos de tu mamá no lloren mas.
--Sabía que podía contar contigo...
Dijo Valiente , ya con un hilito de voz
--¿Qué harás?
--¿Recuerdas el país aquel que te conté ?
--¿el de los cielos claros, con nubes de algodón y tío vivos, con animales de verdad...?
--Si ese ¿Quieres conocerlo?
--pero... estoy enfermo
--En ese país, no lo estarás, da un beso a tu madre y dile que ya es hora de partir ;
Que vas a un lugar mágico donde no tendrás dolores , que estarás mirándola desde las nubes , que le darás besitos, cada vez que sienta que la brisa le roza la cara y que serás tan feliz al verla contenta, que tu risa, será el sonido de las olas al acariciar las arenas de la playa y que los rayos del sol... le llevarán el calor de tus abrazos .
Autora:Cándida Medina Álvarez
--Sabía que podía contar contigo...
Dijo Valiente , ya con un hilito de voz
--¿Qué harás?
--¿Recuerdas el país aquel que te conté ?
--¿el de los cielos claros, con nubes de algodón y tío vivos, con animales de verdad...?
--Si ese ¿Quieres conocerlo?
--pero... estoy enfermo
--En ese país, no lo estarás, da un beso a tu madre y dile que ya es hora de partir ;
Que vas a un lugar mágico donde no tendrás dolores , que estarás mirándola desde las nubes , que le darás besitos, cada vez que sienta que la brisa le roza la cara y que serás tan feliz al verla contenta, que tu risa, será el sonido de las olas al acariciar las arenas de la playa y que los rayos del sol... le llevarán el calor de tus abrazos .
Autora:Cándida Medina Álvarez
