Esa noche sintió el frío más absoluto, más incluso que el de la misma muerte,no fue el gélido invierno el culpable, no, ni siquiera venía de afuera, su cuerpo se vacío de calor y era incapaz de generar la energía suficiente, para reavivar rescoldos de amores ya apagados.
Se sintió de nuevo embrión y en posición fetal, se acurrucó en la cama,cerró los ojos…TIC TAC TIC TAC...¿Es el reloj, o los latidos del corazón de su madre….?
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