Llegaste y sin pronunciar palabra
me hiciste sentir la más bella
sin complejos ante tu mirada
bajo la luz de las estrellas
Me acariciabas con infinita calma
entibiando allí donde había frío
y me abrigó más allá del alma
tu cuerpo, desnudo sobre el mío
Gotas de rocío fueron tus besos
cuando la mañana despuntó
quise mantener el tiempo preso
entre las agujas del reloj
Dejaste tatuadas en mi piel
promesas que fuiste susurrando
Si, esas que quizás sin querer
tu boca no supo seguir callando.
Autora y fotografía: Cándida Medina Alvarez
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